sábado, 30 de mayo de 2015

Feria del libro de Madrid 2015

S.M. LA REINA SOFÍA INAUGURÓ LA 74ª EDICIÓN DE LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID


Su Majestad la Reina Sofía inauguró ayer la 74ª edición de la Feria del Libro de Madrid, que permanecerá abierta hasta el próximo 14 de junio. A las doce del mediodía, una hora después de que las casetas subiesen sus persianas, la Reina comenzaba el recorrido por el Paseo de Coches del Retiro acompañada por el subsecretario de Educación, Cultura y Deporte, Fernando Benzo, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella; la consejera de Empleo, Turismo y Cultura de la Comunidad de Madrid, Ana Isabel Mariño, y el director de la Feria, Teodoro Sacristán.

La Reina se interesó por las más recientes novedades editoriales y los primeros libros que se llevó para su biblioteca fueron dos de poesía: Cerca de cien, una antología de Ida Vitale, último Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, y Ojo a Visor, el título número 900 de la colección Visor de poesía. También llamaron su atención ensayos como el Martín Caparrós, El Hambre; Mujeres y libros, de Stefan Bollman; Una historia natural de la curiosidad, de Alberto Manguel; Belleza sin ley, de Juan Goytisolo, y Los libros y la libertad, de Emilio Lledó. El catálogo de la exposición que la Biblioteca Nacional ha organizado para conmemorar el V Centenario de Teresa de Ávila y el estudio sobre la autora de Las moradas que han publicado Rosa María Alabrús y Ricardo García Cárcel fueron otras adquisiciones que hizo doña Sofía. Los libreros también la obsequiaron con la guía de la próxima edición de PhotoEspaña, el estudio de Isadora Rose-de Viejo sobre La Real Fábrica de papeles pintados de Madrid, el catálogo de la exposición de Van der Weyden del Museo del Prado y el de la muestra Atrapar la vida, del fotógrafo Eugeni Forcano; también con novelas: como la sombra que se va, de Antonio Muñoz Molina; La luz que no puedes ver, de Anthony Doerr; El amante japonés, de Isabel Allende; La templanza, de María Dueñas, y Misterioso asesinato en casa de Cervantes, de Juan Eslava Galán, entre otras. 

Como en visitas anteriores, la literatura infantil y juvenil despertó su interés de forma especial. Se llevó tebeos, como los de Mortadelo y Filemón, de Francisco Ibáñez; y libros troquelados, además de dos scanimation books, versiones de El mago de Oz y Stars Wars. El secreto de Sofía, Premio de la Fundación Cuatrogatos 2015; Las mascotas del mundo transparente, de José María Merino; El sueño de Berlín, de Ana Alonso y Javier Pelegrín, y Prohibido leer a Lewis Carroll, de Diego Arboeda y Raúl Sagospe, último Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, fueron algunos de los títulos que doña Sofía eligió.

Dolores Redondo, que acompañó a la Reina Sofía en parte de su recorrido, será la encargada de leer esta tarde, a las siete, el pregón inaugural de esta nueva edición de la Feria del Libro de Madrid. 

Vagabundo en África, de Javier Reverte

En su segundo viaje al continente africano, Javier Reverte recorrió Sudáfrica, Zimbabue, Tanzania, Ruanda y Congo para dejarnos un nuevo y estremecedor relato sobre el misterio de África y el riesgo de viajar por territorios inseguros. Las innumerables batallas libradas en Sudáfrica, el genocidio ruandés de 1994 o los horrores sufridos en Congo, cuando era casi una finca personal del rey Leopoldo II de Bélgica, son algunos de los hechos históricos que recorre el autor con una prosa dura y hermosa, épica y lírica a la vez, que concluye de forma brillante con la navegación por las aguas del gigantesco río Congo. Vagabundo en África es un libro que se lee como una novela, lleno de pasión, y que al mismo tiempo nos habla sobre los oscuros laberintos del alma humana. Es, también, un canto a la fe en el hombre, porque, en palabras de su propio autor, «donde hay un deseo, hay un camino». La crítica ha dicho: «Reverte hace a los lectores caminar a su lado con naturalidad, ternura, curiosidad, perspicacia, humor, pasión y una honda comprensión de lo humano».

domingo, 17 de mayo de 2015

El Parque Gorki, de Martin Cruz Smith


La historia protagonizada por Arcady Renko un investigador de la milicia de Moscú, hijo de un héroe de la Segunda Guerra mundial, con un matrimonio resentido y con la KGB entrometiéndose en su trabajo. Trascurre a principio de los 80 en Moscú. La URSS en aquellos tiempos gobernada por Breznev, un integrante de la vieja guardia que había deshecho todas las tímidas reformas liberalizadores de Kruschev. Por lo tanto la cuidad se muestra sin un ápice de libertad, los ciudadanos intentar sobrevivir como buenamente pueden, los funcionarios se aprovechan de su puesto para medrar o mejorar al mínimo resquicio. Y con una dirigencia corrupta y enriquecida dispuesta a segar cualquier tipo de iniciativa individual, más si proviene de sus propias filas.


La aparición de tres cadáveres en el Parque Gorki de Moscú será el detonante que cambiará la vida de Renko. Tres cadáveres desfigurados y sin huellas dactilares, imposibles de identificar en un tiempo en el que cualquier descubrimiento que incomode al gobierno cerrará la investigación ... 

jueves, 7 de mayo de 2015

El agente secreto, de Joseph Conrad


A comienzos del siglo XX, un frustrado atentado anarquista contra el observatorio de Greenwich, que acabó con la vida del terrorista y prácticamente no llegó ni a dañar el muro del edificio, sirvió a Joseph Conrad como excusa para escribir este "relato sencillo" del siglo XIX, en palabras del mismo Conrad.

En el prefacio del libro podemos asistir al relato por el propio autor del proceso que culminó con la novela, que siguió directamente a "Nostromo" y "El Espejo del mar". Unas páginas absolutamente maestras, en las que describe el proceso que le ha llevado a la creación de la obra: "y entonces se produjo en mí mente lo que un estudioso de química entendería mejor por la analogía de la adición de una gota minúscula, la adecuada, que precipita el proceso de cristalización en una probeta que contiene alguna solución incolora. Fue para mí al comienzo un cambio mental, que removió una imaginación en calma...".

Al final de ese proceso creador, y con los retazos que él mismo relata cómo va encontrando, Conrad construye una historia en la que mezcla de un lado una reflexión sobre los idearios , los móviles y la propia estupidez de la violencia (el atentado es, en sí, un acto supremo chapuza) y de otra, y sobre todo, una reflexión sobre algunos aspectos de la sociedad inglesa de su época (probablemente válida para todas las sociedades y todas las épocas).

La última parte de la novela es impagable, y acaba transformando una novela que empezó como de intriga política en un retrato angustioso del vacío, la frustración y la miseria humana, de la mano del personaje de la señora Verloc (la abnegada esposa de nuestro agente) . Y todo contado por alguien que es capaz de introducir la noche de Londres diciendo que “El frutero de la esquina había apagado la gloria resplandeciente de sus naranjas y limones”.