domingo, 26 de abril de 2015

El Cuarto Protocolo, de Frederick Forsyth



El cuarto protocolo trata sobre los servicios secretos británicos. Éstos encargan a uno de sus agentes la misión de descubrir a un supuesto traidor que actualmente trabaja dentro de la organización. Esta misión debe ser llevada a cabo mientras se aproximan las elecciones en Inglaterra y existen intereses políticos internacionales: la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas está a favor del Partido Laboralista, el cual está dominado por militantes de izquierda. Teniendo en cuenta esta situación, el jefe del Kremlin intenta apostar contra el desarme nuclear enviando a uno de sus agentes secretos a Gran Bretaña con el fin de activar una bomba nuclear y hacer estallar momentos previos a la celebración de los comicios.

El Comité para la Seguridad del Estado soviético (KGB por su nombre en ruso) pone en marcha su Plan Aurora, un curso de acción destinado a romper el Cuarto Protocolo firmado por Gran Bretaña, la Unión Soviética y los Estados Unidos, lo cual permitiría destruir a la Organización de Tratados del Atlántico Norte (OTAN). Para poder ejecutar su misión, el agente soviético Petrofsky actuará de incógnito en Inglaterra, en un pueblo donde tiene asentamiento una base de bombarderos estadounidenses para colocar la bomba atómica. Las misiones de los dos agentes secretos se mezclan en una aventura inigualable.

Se trata de una novela de suspenso muy ágil, entretenida e intrigante que te lleva a las dimensiones más oscuras del espionaje de la Guerra Fría. El cuarto protocolo está lleno de encubrimientos, juegos de agentes secretos, técnicas de espías, mentiras y desconciertos, una combinación perfecta para ponerte al límite de la desesperación por saber qué va a pasar y no dejar de leer el libro.


viernes, 24 de abril de 2015

Poesia: Para ti, Estrella, de J. Garcia - Verdugo





Descripción de la obra:


Las circunstancias de la vida separan a una pareja de enamorados. Mientras ella sigue hacia adelante mirando hacia el futuro, él se estanca en el pasado, reviviendo en sus sueños los momentos de felicidad con ella, y es entonces cuando valora realmente lo que supuso cada instante vivido con ella, pues cuando los vivía no era consciente del valor tan precioso que aquellos momentos tenían, aunque fuesen momentos vanos e insignificantes. 


PARA TI, ESTRELLA, por J. Garcia - Verdugo

Es extraño este silencio en el que habito y que me habita,
el frío que me atrapa y que me escucha naufragar entre lamentos y sollozos,
el frío intenso, el frío sutil, me hace recordar, pensar en ti.

El día llueve gris, llueve sobre mi y me desintegro,
la vida me ha quebrado el corazón, lo ha partido en mil esquirlas,
los fragmentos de tu amor.
No soy ya el de entonces, vivo ahora en el vacío,
en el abismo, en la caída sin final.

Cierro los ojos y te veo caminar hacia lo lejos,
paso a paso a tu futuro, sin volver la vista atrás,
y yo sufro en mi silencio, parpadeando lentamente,
inmóvil en el tiempo, clavado en la esperanza.

¿Cuánto tiempo ha pasado?, un otoño y un invierno,
de mañanas sin tus besos, de noches sin abrazos,
despertando en la añoranza.

Momentos vanos y pueriles, que eran huecos y vacíos, de rutina y demasía.
Tiempo fugaz que pronto escapa, distanciando esos momentos,
como aquella casa que se encoge al alejarnos,
en un viaje sin retorno y sin destino,
y la casa se hace un punto en el paisaje,
un pequeño punto que se hace más pequeño y más pequeño,
un puntito.

Esos momentos escondidos, esos momentos que eran vanos,
son ahora riquezas y tesoros, de bellezas indecibles,
de preciosas ocasiones, de recuerdos intachables.

Los minúsculos momentos que se escapan en el tiempo,
exquisitos e imborrables, perdurando en la memoria,
perpetuando nuestras vidas, albergando la esperanza,
fue un ensueño ya vivido, un tiempo que se aleja para no volver jamás,
un tiempo ya vivido que jamás se olvidará.

Esa magia en tus palabras, que suenan dulces y frondosas,
en los minúsculos momentos, pinceladas de alegría en el tapiz de los recuerdos,
en ayeres que persisten a las nieblas del olvido,
remembranza en soledad, la soledad del recuerdo,
el silencio que se siente entre segundo y segundo,
la soledad que se llora entre latido y latido,
soledad de un ahora y de un mañana, en la hondura del vacío,
el vacío del amor, entre sollozos del alma.

Los párpados me pesan, inundados por las penas,
voy a soñar y a deshacerme, en el sueño de tu esencia,
con tus besos, tus abrazos, tu presencia,
tus caricias, tus susurros y tu amor.

Creo en ti, sin distancias, sin ausencias,
con pequeñas alegrías, arreglándonos las almas con abrazos y con besos.

Y se rompe ahora ese sueño, brota en mi la realidad,
la soledad que arrastra el viento, que camina con el frío.

Quiero ser tu compañero, sólo pienso en que te amo,
en la soledad me desespero, y te espero, y te espero,
deseando ese momento en que fundamos nuestros cuerpos.

Y cuando mañana sea otro día, será uno menos de encontrarte en mi camino,
y repetir lo que vivimos, lo que vivo yo en en mis sueños,
lo que sueñas en los tuyos, ¿quién sueña con tus sueños?,
el amor que nos espera, nuestro amor, nuestro destino.

sábado, 18 de abril de 2015

El honorable colegial, de John le Carré


Hay un negativo. Existe una zona de sombra, una zona de la que Bill Haydon nunca se ocupó o, mejor, si lo hizo fue para borrar pistas. Y Bill Haydon fue el topo desenmascarado por Smiley, el hombre que desde el mismo centro de poder y decisión del Servicio Secreto británico mantenía constantemente informados a los soviéticos de los movimientos ingleses y norteamericanos. Y la existencia de ese negativo en Extremo Oriente tiene que probar -Smiley se aferra a la idea de que forzosamente tiene que demostrarlo-, que Karla prepara una operación de envergadura en aquella zona. Tal vez por ahí podría empezarse la reconstrucción del Circus. Pero, para ello, se necesitan agentes libres de toda sospecha, individuos que no hayan sido detectados o conocidos por Haydon. Y Smiley cree haber dado con el hombre preciso: un aristócrata tan digno y frustrado como la propia Gran Bretaña, un honorable colegial cuya dignidad aristocrática estará a punto de dar al traste con una contraoperación que se revela sucia, como todas las operaciones de espionaje, pero en la que reside la gran oportunidad de que el Circus renazca de sus cenizas.

Cuando Gerald Westerby, el honorable colegial, hijo de lord, periodista con aficiones frustradas de escritor, es llamado por los Servicios Secretos de su solitario refugio de la Toscana, Hong Kong es ya uno de los últimos baluartes británicos de un imperio que declina indefectiblemente. No obstante, sus espías son aún héroes tenaces, románticos y ciegos, con el mismo temple que los antiguos forjadores del imperio, como el mítico general Gordon defendiendo Kartum. Pero el mundo de los intereses internacionales es ahora la más intrincada de las redes de intriga internacionales: ingleses y americanos trabajan tras la huella de Ko, un chino riquísimo convertido a la fe moscovita y conocedor del poder tecnológico y naval chino. Mientras George Smiley trama en la sombra, elaborando los mil detalles de la operación Dolphin, Westerby está solo sobre el terreno. En medio de un decorado exótico de guerra, droga y sucios negocios, sólo un bello pero inútil gesto por una mujer es capaz de hacer tambalear, de pronto, todas las esperanzas.

 

miércoles, 1 de abril de 2015

El día del Chacal, de Frederick Forsyth


El día del Chacal (1971) es una novela de suspense escrita por el novelista británico Frederick Forsyth, sobre un asesino profesional que es contratado por el grupo terrorista francés, OAS a comienzos de la década de 1960, para matar a Charles de Gaulle, el presidente de Francia. El día del Chacal es una novela del género de espionaje de ficción, alabada por la descripción muy real que hace de Francia en 1963, y su trama cuidadosamente elaborada. Recibió críticas y comentarios muy halagadores cuando se publicó incialmente en 1971, y se la distinguió en 1972 con el Premio Edgar a la Mejor novela, otorgado por la Mystery Writers of America. Tal como se relata en la novela, la OAS existió y fue liderada por Jean-Marie Bastien-Thiry, un oficial veterano de la Guerra de Independencia de Argelia. Comienza con una detallada descripción del atentado contra la vida de De Gaulle, el fusilamiento de Bastien-Thiry, y el resto de la trama es ficción, narrada principalmente desde la perspectiva del asesino. La historia sigue los esfuerzos de un asesino eficiente e incansable, mientras se prepara para asesinar a De Gaulle; y los esfuerzos de un detective francés igualmente profesional, aunque muy presionado, al que se le asigna la tarea de identificar y detener al asesino, junto con elementos de intriga y maniobras burocráticas en los más altos niveles del gobierno francés.